Grupo 3

Mi nombre es Alex Eduardo Llumiquinga Pérez, migrante ecuatoriano y por tal razón he tenido muchas experiencias de cada país al que he viajado. Mi primordial razón para migrar a otros países, fue lograr impartir la música folclórica a diferentes personas del mundo. Al principio no fue fácil pero gracias a mi iniciativa y perseverancia pude llegar a conocer más lugares de los que me había imaginado como: Bélgica, Alemania, Israel, Australia, España y Estados Unidos. Durante estos viajes la timidez se fue perdiendo poco a poco ya que en cada uno de esos países pude formar lazos de amistad y por ello aprender de sus tradiciones.

Debo admitir que la decisión de irme del Ecuador, venía cargada con dos sentimientos como tristeza y esperanza de algún día regresar a mi país de origen. Uno de los momentos más importantes de mi vida fue cuando tenía 17 años y el destino puso en mi camino a la que hasta el día de hoy puedo llamar no solo el amor de mi vida sino la madre de mis hijos y fue con ella que aprendí la cultura americana pues vivó ya 20 años en su ciudad natal Oregón, El trato que he recibido en estos años ha sido muy satisfactorio puesto que las personas son amables y respetuosas. Por tal razón no he vivido momentos desagradables con las personas de los países que he visitado, sino lo contrario, por ello en una ocasión cuando mi automóvil se averió una persona nativa de ahí me ayudó a llevarlo a un parqueadero hasta que llegue una grúa eso me hizo sentirme como en mi propio país. Por otro lado, mi trabajo es realizado en una Organización Comunitaria sin fines de lucro en Estados Unidos y consiste en contactar a familias sin recursos, desempleo y sin vivienda para poder ayudarles en diferentes aspectos como víveres. Mi plan para el futuro es volver a residir nuevamente a mi país de origen con mi familia  y la razón principal es para estar junto a mis seres queridos debido a que a pesar de tener a mi familia extraño a mis padres, hermanos y sobrinos.





"Todo por un sueño"


En la década de los 90, en la capital del Ecuador vivía un joven llamado Alex, era amable con todas las personas de su barrio y más con su familia. De igual forma desde pequeño siempre fue responsable. Desde su ingresó al colegio tuvo un grupo de amigos que hablaban de la música, por tal razón a él le empezó a interesar ese arte. Es así que al cumplir 17 años  y con la ayuda económica de sus padres logró viajar a Bélgica por primera vez, fue  el comienzo de sus aventuras. Pero él no fue solo, sino que sus amigos de la secundaria fueron con él, ya que tenían el mismo sueño de progresar y volver con sus familias para apoyarles en lo que faltara. Los padres hablaron con él para ayudar:

Jorge: Hijo, tu mamá y yo decidimos ayudar con un poco de dinero para que logres viajar a Bélgica.
Alex: Gracias, papá. Cuando ya esté ganando dinero les enviaré.
Así fue por mucho tiempo, Alex y sus amigos iban a todos lados juntos para buscar oportunidades y enseñar su música, eran muy jóvenes en un país nuevo y sin conocer el idioma. Para poder sobrevivir en Bélgica, tocaban en las calles, con los instrumentos que habían llevado con ellos. Es así que a pesar de las dificultades siempre tenían algo para comer por el dinero que ganaban. Meses después, decidieron viajar a diferentes lugares de Bélgica, sin embargo, al encontrarse en el aeropuerto no se percataron bien de todos sus instrumentos. En ese instante todos sintieron temor por lo que les sucedió; ya que nunca se imaginaron que les iban a robar todas sus pertenencias.
Sebastián: Alex la mayoría de la banda hemos decidido que no podemos seguir contigo porque desde que nos robaron no tenemos mucho dinero para los gastos, creo que cada uno debe ir por su propio camino.
Alex: Si es su decisión está bien, pero pensé que íbamos a estar juntos en esto.
Carlos: Tranquilo Alex ya verás que los dos vamos a salir adelante.
Alex: Gracias por no dejarme solo.
Carlos: Para esos son los amigos.
Eso ocasionó que poco a poco la mentalidad de cada uno de los integrantes fue cambiando, algunos de ellos sentían que su sueño de ser cantantes no se iba a cumplir y que estaban perdiendo el tiempo. Por eso decidieron irse y de alguna forma darle la espalda a él, ya sea económicamente o con su amistad. En este punto de la historia, el único amigo que quedó a su lado le dijo que no podía seguir con estas aventuras, pero si necesitaba algo que lo buscará. Tiempo después este amigo conocido como “Negro Carlos” participará en el futuro de Alex con quién tendrá grandes recuerdos.
Pasó tiempo, él ya tenía 20 años y su perspectiva sobre el mundo y la música era más amplia y es así que con suficiente dinero empezó a viajar por más países como: Israel, Alemania, Noruega y España. Esto no quiere decir que ya tenía mucho dinero para gastar; se podría decir que durante esas fechas únicamente visitaba el país, y así conocía más personas  donde le ayudaban con un puesto en su grupo. Primero empezó como guitarrista, después tocaba dos instrumentos a la vez, por tal oportunidad Alex con su hermosa voz tuvo la oportunidad de ser el cantante del grupo. Tiempo después, él con más instrumentos que obtuvo con su esfuerzo, se pudo reencontrar con su hermana, pero no se imaginaba que ella tomaría su propio camino, ya que tenía un hijo.
Alex: Vero hermana, 
¡qué bueno que nos encontramos!
Verónica: Ñaño que bueno que nos encontramos, me da felicidad saber que estás luchando por tus sueños.
Alex: Ha sido difícil, pero con la ayuda de personas que he conocido por el camino he tenido ayuda.
Verónica: Me da mucha alegría que te vaya un poco mejor. Me despido, voy de camino a Australia con mi hijo. Te quiero mucho, cuídate.
Alex: Adiós, Verónica. También te quiero mucho y te voy a extrañar. Pronto te visitaré.
La situación se puso difícil, porque de cualquier forma sus padres ya no podrían ayudarle económicamente como antes. Como toda persona él soñaba conocer Estados Unidos, pero llegar a dicho país no fue tan fácil, porque para conseguir todo el dinero de su boleto tuvo que alimentarse una comida al día. Al llegar a Estados Unidos conoció a su ahora esposa Irene. Alex a sus 24 años no tenía dinero suficiente para casarse con ella, y por eso seguía haciendo lo mismo en ocasiones, alimentar una sola vez al día. Es así que él enfermó y tuvo que ser hospitalizado en un hospital privado.
Irene su actual esposa, en ese momento cuando sucedió todo decidió ayudarlo y así pagó todos los gastos del hospital, porque estuvo varios días. Irene le mostró todo el amor que ella tenía hacia él, para que se sintiera mejor. Los papás de Alex estando en Ecuador se enteran lo que había pasado y deciden que su papá fuera  a Estados Unidos a acompañarle, aunque sea una a dos semanas; y así pasaron las cosas. Él y su padre estuvieron juntos hasta que estuvo mejor y su padre regresó a Ecuador a estar con su esposa y sus dos hijos con los que todavía vivía.
Alex: Honey, thank you for everything. I felt bad, but I didn't know it was serious.
Irene: Don't worry I will help you with that my love.
Alex: Someday I will reward you for all the effort and support you have given me. I love you.
Irene: I love you too.
Al poco tiempo todas las cosas cambiaron debido a que el esfuerzo que Alex dio para superar los problemas. Permitió que tuviera nuevas oportunidades con  su música. Esto le permitió conocer nuevas personas que le ayudaron en su música y es así que pudo grabar un disco por primera vez; Irene siempre estuvo a su lado para apoyarlo y cuando tenía tiempo hacia coreografías para bailar mientras él tocaba con su charango, zampoña y flautas. En el 2000, Alex e Irene se casaron en Ecuador y en Estados Unidos esto fue una gran noticia que salió en los periódicos de Estados Unidos.
Él fue progresando en su música, en la  actualidad ya tiene 4 hijos. Ha visitado Ecuador desde entonces y en ocasiones se queda con sus hijos y su esposa seis meses o un año. De paso aprovecha creando música con su amigo Negro Carlos, puesto que él ha podido obtener equipos nuevos para sus canciones. De igual forma ayuda económicamente a su hermano Diego padre de la autora y a sus padres.
Diego: Hola, ñaño, como has estado. Como están las guaguas.
Alex: Muy bien ñaño, pero la verdad si extraño a toda la familia. Espero ya ir y pasar buenos momentos.
Diego: Si ñaño, nosotros también les extrañamos cuando vengan para ir de paseo toda la familia. Saludos a los guambras.


FIN



Este cuento está dedicado a Alex  y a su familia por el apoyo que sean dados mutuamente por tantos años. De parte de la autora Paula Llumiquinga se agradece a Alex Llumiquinga por contarnos su historia y poder honrar el esfuerzo y la motivación que le llevo hacer la persona que es hoy en día.

Paula Llumiquinga 








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