Grupo 7
Soy Luis Gabriel Tulcán Cerón a los 20 años tras de que en mi país
de residencia, Colombia, no hubiera suficiente empleo para mi comida y entre
otros recursos necesarios para sobrevivir decidí cruzar la frontera hacia
Ecuador, el cual fue el obstáculo más complicado en mi proceso migratorio, en
busca de un futuro mejor dejando atrás a mis padres y hermanos.
Emprendí mi viaje en Ecuador lleno de tristeza en busca de empleo. Mi primer punto de llegada en Ecuador fue Guayaquil pero después viaje hacia Quito en busca de un trabajo con el cual pudiera subsistir. Logre encontrar trabajo en Quito con el cual pude ayudar a mis padres y hermanos en mi país de origen. Tras ser migrante si a veces era una dificultad para interactuar con las personas de Ecuador ya que por mi manera de habla a veces no me entendían, pero me logré adaptar pero algo que si destaco de las personas ecuatorianas es su atención y amabilidad, esto gracias a que cuando me ocurrió un accidente automovilístico las personas no se quedaron viendo, sino que me ayudaron. He meditado mucho ahora en la actualidad regresar a mi país de origen pero no estoy decidido ya que tras mi estadía por trabajo en Ecuador hice mi familia y es una gran razón para no irme de vuelta, pero no descarto la opción. La razón por la cual extraño más mi país de origen es por mis padres como hermanos y también su gastronomía, festividades las cuales me encantaban.
"Un viaje sin destino"
El sueño
que siempre tenía Luis con su hermano Daniel era sacar a su familia adelante y
crear un restaurante familiar con el que aparte de ganar más ingresos, sería
algo en el que toda la familia intervendría. Luis y su hermano llegaban a casa
cada noche, pero ellos se dieron cuenta de que los ingresos que ganaban no eran
suficientes para poder lograr su sueño de crear un restaurante familiar. Luis
habló con su hermano y le dijo que la única solución era buscar un trabajo en
otros horizontes para poder conseguir lo que ellos anhelaban para su
familia. Así que tomaría una decisión
que le rompió el corazón en pedazos, la cual era buscar una mejor vida en otro
país. Se despidió lleno de dolor de sus familiares y emprendió el viaje con tan
solo 20 años hacia Ecuador, sin saber que le depararía el destino.
Daniel se
despidió de su hermano y le dejó su motocicleta, ya que sabía que sería muy
útil para él. Emprendió su viaje con mucha tristeza en dirección hacia el país
ecuatoriano. Se detuvo en una gasolinera para descansar, pero unos hombres
encapuchados lo asaltaron y le quitaron el poco dinero que tenía, pero por
suerte no le robaron su motocicleta.
Sin dinero Luis trató de avanzar lo máximo que pudiera hasta la ciudad, pero kilómetros después tras el cansancio no alcanzó a ver una curva y se estrelló contra unos arbustos. Pensó que era el fin de su trayecto y que debería volver a su país, pero rápidamente un ciudadano ecuatoriano llamado Jaime se detuvo a ayudar a Luis el cual estaba adolorido, pero se logró levantar y dio las gracias a Jaime.
Como su motocicleta estaba arruinada Jaime ofreció llevarlo. Luis le contó todo sobre su viaje y este le propuso trabajo, ya que era el dueño de una empresa encargada en el transporte de materiales de construcción ubicada en Quito. Luis aceptó la oferta inmediatamente, se estableció y empezó a trabajar demasiado para cumplir su sueño que siempre quiso junto a su hermano Daniel.
Pasó un
año y Jaime le dio a conocer a Luis que
padecía de cáncer, en ese momento Luis se quedó frío al escuchar esa
noticia. Jaime ya tenía todo preparado así que como primera cosa, ascendió a
Luis como jefe de la empresa.
En ese momento Luis lloró de tristeza por su amigo quien lo rescató cuando todo parecía perdido y estaba feliz al saber que ahora podía ayudar de mejor manera a su familia. Luis actualmente maneja la empresa de Jaime y ayuda su familia en el exterior con lo que más puede, y claramente visita muy seguido a su amigo del alma Jaime.
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